domingo, 19 de agosto de 2007

I M

lo último que me importa ahora es si depende de mí o no. en realidad no debería saber, saber que no depende de mí, pero tampoco me interesa saber por que lo sé. depende de él, depende demente. ¿qué hora son mi corazón? once de la mañana en isla margarita, no es homenaje a manu chao, es una mañana sedienta en una habitación de esta isla y donde solamente entra un poco de sol, una colchoneta y un televisor sobre una cajonera. ‘Magallanes saldrá campeón’ se escucha desde la vereda de enfrente y desde la casa de al lado, y desde la cuadra que sigue. sentado en la colchoneta pasan los días y estás respirando la fatalidad áspera de la tierra seca. no hay agua ¿sabés? no hay plata. hay viento. ¿por qué no querés hacer el amor? al oído bien despacio cuando todavía no amanece. luz tenue. bien bajito le repito, pero muy despacio al oído. ella está despierta. Joselito duerme en la otra pieza. que solo que está el pobre pibe. tiene que ir a trabajar, tiene que levantarse. tan solo el pobre, pasar año nuevo tirado en esta pieza con un licor de menta y el televisor y el presidente. y le repito la pregunta y ella me mira y me dice que no, que no. me quedo callado y respiro. me acaricia tan suave la nuca, el pelo, pero no. dejala dormir. quizá mañana un velero nos saque de esta isla sin agua, mar perdido para gringos muertos. me saque de esta isla sin amor. aliento de albahaca quemada. si dios tiene alguna cualidad humana, es perverso, muy perverso. nos saque y que dios se quede acá, escribiendo sus estupideces. dejala dormir.

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